4 de julio de 2013

CANSANCIO






Cristal húmedo de la ventana,
roció amanecido en el capullo y grama,
un pájaro negro salta y grita en la calzada,
alfombra de eucalipto refresca y aromatiza la mañana
dos niños sonríen diciendo adiós,
el amo y su perro sigilosos pasean.

La densa bruma… señorea,
un perro vagabundo se reguarda del frio,
maratonistas veloces pasan,
despierta el pueblo y su afán;
mientras un alma entre tantas languidece,
en el canapé de nostalgias,
con dos manos vacías,
como templo sin sacerdote,
como ataúd sin su muerto.

Camina en campos desiertos con el cariño
sincero trabado en el corazón y el pensamiento,
los labios helados… ausentes de besos,
sus brazos secos como árido desierto
sin caricias que le alienten.

Con la mirada serena vigila el firmamento
lanzando su dolorosa lira,
exprimiendo gota a gota su melancolía,
deseando morir ese mismo día.